Hoy hace un mes que te echamos de menos.
Hoy, casualmente, he recibido esta carta de un buen amigo, al
que hace unos días le envíe El Jardín de Marta.
Hola querida.
Te escribo mientras escucho este precioso tema, que al oírlo
por primera vez me arranqué a buscar la página web del pianista y le pedía por
correo electrónico que me remitiera la partitura; difícil para mí tocarlo con
precisión pero algo sonaría... o sonará. Sabe a hierba fresca, huele a flores
aromáticas, casi se notan las gotas de lluvia golpeándote en la cabeza, hasta
verás las hojas de los árboles mecidas por una brisa fresca que te acaricia
mientras la escuchas. Calma y sosiego; quizás todo lo que anhelabas para quien
se te ha ido.
Enseguida he recordado un artículo de Javier Marías que leí
hace un tiempo y que guardé en ese baúl de las cosas que no quieres olvidar:
"Los recuerdos se agolpan, el tiempo se comprime, de
pronto no hay distancia entre el presente y el pasado".
Alguien tan cercano forma parte de nuestra vida, hemos sido
parte de ellos y forman parte de nosotros, seguramente no entendemos la vida
sin esa parte, que de alguna forma nos ha moldeado e influido en nuestro
pensamiento, carácter,… forman parte del "producto" que somos.
"En el fondo resulta incomprensible que sea posible
seguir sin quienes constituían desde siempre el mundo, el de cada uno."
A la pregunta qué somos o quienes somos, un sabio responde
(sigo con el artículo): "Somos la suma de todos los que nos precedieron,
de todo lo que fue antes que nosotros, de todo lo que hemos visto. Somos toda
persona o cosa cuya existencia nos ha influido y a la que hemos influido. Somos
todo lo que ocurre cuando ya no existimos, y todo lo que no habría sido si no
hubiéramos existido".
Gracias por compartir conmigo esta maravilla y hacerme cómplice de tus sentimientos. Seguramente seriamos
otra cosa si no nos hubiéramos conocido.
Un beso muy fuerte.
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