Solo en
los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo;
la
tierra retiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las
horas
caen
sobre el suelo como polvo de purpurina.
Cuando
un niño nace o una persona muere,
el
presente se parte por la mitad
y te
deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero:
monumental,
ardiente e impasible.
“La ridícula idea de
no volver a verte”. Rosa Montero
1 comentario:
...las trivialidades en las que malgastamos las horas
caen sobre el suelo como polvo de purpurina...
Genial.
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