“El lenguaje es muy importante a la hora de conseguir comunicaciones eficaces y eficientes, pudiendo, según se use, levantar polémicas o facilitar acuerdos y unificar perspectivas. No resulta infrecuente encontrar oposiciones a proyectos, ideas y decisiones por no encontrar expresiones adecuadas, resultando que a veces se está de acuerdo sin saberlo en la idea, pero lo que divide es la expresión poco adecuada de la misma.
Por ello, propongo la no utilización de la expresión limitación del esfuerzo terapéutico y proponer como alternativa la de ajuste de intervención médica (ADIM), es más constructivo y se presta menos a la polémica. No se trata de limitar o restringir en sentido negativo, sino de proponer una actuación más acorde con la circunstancia, resaltando más el aspecto positivo de la medida que el negativo, lo cual levanta menos sospechas y menos defensas y hostilidades. También se trata de no utilizar la palabra esfuerzo que lleva aparejada la posible idea de fatiga o cansancio, y cambiarla por la de intervención médica, que es más neutra profesionalmente hablando.
Lo fundamental es que nos situamos en la ortotanasia como manera de respetar la vida. No le obligamos a irse (eutanasia), pero tampoco a quedarse a la fuerza (distanasia), sino que respetuosamente dejamos que la vida diga su última palabra, o si ustedes lo prefieren, la muerte.
En cualquier caso, está claro que a nivel de praxis médica, hay enfermos incurables, pero igualmente claro es que no existen enfermos incuidables”.
Por ello, propongo la no utilización de la expresión limitación del esfuerzo terapéutico y proponer como alternativa la de ajuste de intervención médica (ADIM), es más constructivo y se presta menos a la polémica. No se trata de limitar o restringir en sentido negativo, sino de proponer una actuación más acorde con la circunstancia, resaltando más el aspecto positivo de la medida que el negativo, lo cual levanta menos sospechas y menos defensas y hostilidades. También se trata de no utilizar la palabra esfuerzo que lleva aparejada la posible idea de fatiga o cansancio, y cambiarla por la de intervención médica, que es más neutra profesionalmente hablando.
Lo fundamental es que nos situamos en la ortotanasia como manera de respetar la vida. No le obligamos a irse (eutanasia), pero tampoco a quedarse a la fuerza (distanasia), sino que respetuosamente dejamos que la vida diga su última palabra, o si ustedes lo prefieren, la muerte.
En cualquier caso, está claro que a nivel de praxis médica, hay enfermos incurables, pero igualmente claro es que no existen enfermos incuidables”.
Dr. Fernando Rosel Lana
Psicólogo. Master en Psico-oncología.
Parte de la Comunicación presentada en las I Jornadas de
la Sociedad Aragonesa de Cuidados Paliativos (cusirar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario