El estrés, en sus múltiples formas, es uno de los agentes inductores más importantes del malhumor. Un esfuerzo súbito, un exceso de trabajo, una estimulación violenta proveniente del exterior y de diversa naturaleza (física, traumática, tóxica, infecciosa, psíquica, etc.), pueden llevar a un cambio ostensible en el humor básico del individuo. Asimismo, el moderno cansancio de la vida (tedium vitae), el aburrimiento, el vacío existencial, la desilusión, la soledad y la desesperanza intervienen en la complejidad de las respuestas endocrinas, nerviosas y conductuales del mal humor. (…)
Precisamente, con cierta frecuencia el hombre suele experimentar, como consecuencia del estrés, el abatimiento de los síntomas centrales de la depresión (pesimismo, descontento, pasividad, anhedonía, inhibición, desilusión, etc.). El descontento de sí mismo, junto con una pérdida de energía de motivación y de concentración, también suelen estar presentes. En muchas ocasiones, el humor triste es la característica central del hombre «atrapado» en la sociedad actual; se trata de sujetos abatidos, insatisfechos, incapaces de reaccionar ante las cosas por las que sentían previamente alegría. La expresión «no existe alegría en mi vida» se suele hallar con relativa frecuencia en ese tipo de pacientes, con un sentimiento de inutilidad, de vaciedad, de nihilismoy de futilidad. (…)
Recientemente, numerosos autores estiman que el sentido del humor es realmente indispensable para el bienestar humano, pudiendo tratarse de un auténtico mecanismo de supervivencia que ayuda a solventar los problemas de
El arte de la risa está relacionado con la capacidad para aceptar y apreciar las incongruencias y dificultades de la vida; al reírse uno de sí mismo, se puede acortar la distancia que nos separa de algunos problemas y, por lo tanto, verlos desde una nueva perspectiva que nos permite analizar con más profundidad el problema y encontrar la solución más idónea.
3 comentarios:
El humor, la capacidad para reirnos de nosotros mismos y de las situaciones y problemas que nos plantea la vida, nos hace más libres y facilita la aceptación y resolución. Siempre decimos que no podemos cambiar las circunstancias pero si la forma de hacerles frente.
Y me ha recordado la última vez que nos reimos hasta casi ahogarnos en el despacho.
Besos compi!
Yo es que creo que mi problema es que me río demasiado... hasta de mi misma... jejeje.
"problema????" Nunca es demasiado....y es verdad, que cuando estamos el "equipo" reunido nunca faltan las risas...si no fuera por eso y por alguna cosilla más....
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