En un país donde salir a la calle cada día se
convierte en un desafío a la muerte, el cáncer puede parecer una
preocupación menor. Pero no lo es. Irak ha visto multiplicar por
dos su tasa de tumores, al tiempo que se reducen los medios
materiales y humanos para luchar contra la enfermedad. El único oncólogo
iraquí que participa en la conferencia oncológica que estos días se
celebra en Chicago (EEUU) relata su experiencia a elmundo.salud, de dónde he "robado" este artículo.
Layth Mula-Hussain es especialista en radioterapia por la Universidad
de Mosul y del Centro Oncológico King Hussein, en la vecina Jordania,
donde actualmente recibe formación. Precisamente, destaca, la carencia
formativa de sus colegas iraquíes, tanto en cirugía,
quimioterapia como radioterapia ("los tres pilares de la atención al
cáncer"), es uno de los problemas que lastra la atención médica en su
país. Pero no el único.
Además de especialistas (hombres en su mayoría), Irak sufre
la falta de medios materiales, las interrupciones frecuentes en
el suministro de quimioterapia y otros medicamentos, los cortes de luz
que inutilizan durante horas los aceleradores de cobalto (para aplicar
la radioterapia) y una inadecuada educación sanitaria entre la población
que hace que el 70% de los tumores se diagnostiquen demasiado tarde. La
tasa de curación, añade, apenas ronda el 10-20% (en España se acerca al
60%).
"Entre 1991 y 2006, hemos pasado de 31 casos por cada 100.000
habitantes a 52,8", explica el especialista iraquí; "pero esa tasa
probablemente está por debajo de la realidad, porque se basa en cifras
hospitalarias, y muchos pacientes viajan al extranjero a tratarse, o ni
siquiera son diagnosticados". De hecho, aclara, la tasa de
incidencia en Jordania es de 75 casos por cada 100.000 habitantes.
En relación a los cuidados paliativos:
El cáncer, confiesa Mula-Hussain, conlleva aún para sus compatriotas
un importante estigma, "algunos ni se atreven a nombrarlo, e incluso los
médicos no informan a sus pacientes de su diagnóstico". En la
interminable historia de conflictos bélicos, añade, no hay tiempo para
hacer campañas de sensibilización, ni de hacer mamografías para un
diagnóstico precoz; pese a que el de mama es el tumor más frecuente
entre la población femenina. En el caso de los varones el más
habitual es el cáncer de pulmón, mientras que los niños son
víctimas de la leucemia sobre todo.
En un país "donde necesitas justificar cada salida a la calle para
afrontar el peligro", los laboratorios de los hospitales tampoco están
preparados para llevar a cabo análisis genéticos que determinen la firma
molecular del tumor, y los cuidados paliativos brillan por su ausencia.
"No hay programas para atender a pacientes terminales,
y la mayoría fallece en casa".
Mula-Hussein describe el tratamiento de quimioterapia en su país como
"una lotería"; en la que el paciente puede recibir un ciclo de
medicación y pasar varios meses esperando al siguiente por escasez en el
suministro de fármacos. "A veces hay que cambiarles el fármaco que
estaban recibiendo por otro diferente porque el primero no llega",
asegura. En el caso de la radioterapia, la situación no es mucho mejor.
Actualmente hay en Irak sólo 12 aceleradores lineales, muy lejos de los
150 que debería haber si se cumpliesen las recomendaciones
internacionales de cinco por cada millón de habitantes (y más lejos de
los 8,5 dispositivos por millón de habitantes de que disfrutan en EEUU).
Sólo 20 oncólogos radioterapeutas repartidos por las principales
ciudades del país atienden a 30 millones de iraquíes. El sueldo
de un médico iraquí ronda los tres o cinco dólares al mes en la sanidad
pública ("que la mayoría complementamos con alguna clínica
privada por las tardes"). En esa situación, uno se pregunta si el doctor
Mula Hussain no ha pensado alguna vez en marcharse de Irak y comenzar
su actividad en otro país. Él suspira, se lo piensa un momento, y
responde: "Sólo quiero que un día podamos volver a tener una vida
normal".
3 comentarios:
Eso es puro tercermundismo y lamentablemente hay una falta de solidaridad del primer mundo intolerable. Sólo buscamos su petroleo. Qué asco de egoismo.
La dureza de trabajar en esas comndiciones , nos obliga a resituarnos cuando nos quejamos de pequeñeces sin importancia. Estamos tan absortos en nuestras cosas que no nos damos cuenta de las tragedias que hay ahí fuera.........y no hace falta tan siquiera irse tan lejos como a Irak.
Además . la ayuda internacional se resentirá con la excusa de la crisis, y este drama se mantendrá en tantos y tantos sitios..... Recordar esto nos hará darle valor y quitárselo a muchas cosas. Gracias. Besote.
Gracias thot y gracias Antonio R. (los dos manchegos, jeje).
Ultimamente por determinadas circunstancias que vivo me doy más cuenta que depende de en que país... incluso en que zona (rural u urbana) vivas el proceso de enfermedad desde el diagnóstico es totalmente distinto.
En los países en guerra tiene que ser escalofriante la vivencia de una enfermedad como el cáncer.
Muchas gracias por vuestros comentarios.
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