Un político, un empresario y un intelectual visitaron al sabio Lao Tsé. Habían oído que era feliz. Al verle, los tres sintieron que su presencia emanaba armonía, paz y serenidad.
“¿Acaso tienes poder sobre otros hombres?”, le preguntó el político.
Lao Tsé negó con la cabeza. “El único hombre del que soy dueño es de mi mismo.”
El empresario intervino: “¿Acumulas riquezas materiales?”. El sabio volvió a negar. “Lo único que tengo son estas ropas que llevo puestas.”
El intelectual añadió: “¿Has alcanzado todo el conocimiento que los eruditos anhelan poseer?”. Negó con la cabeza por tercera vez. “El único conocimiento que atesoro es el que me brinda mi experiencia.”
Desconcertados los tres hombres preguntaron: “Y entonces dinos: ¿cuál es la causa de tu felicidad?"
El sabio sonrió: “La verdadera felicidad no tiene ninguna causa. Estoy vivo, y es lo único que necesito para ser feliz.”
3 comentarios:
Cuántos no se percatan hasta que están cerca de perder la vida?
(Hermoso)
Genial Lao Tsé.
Comparto con vosotros una de sus enseñanzas:
Sin salir de la puerta se conoce el mundo, sin mirar por la ventana se ve el camino del cielo.
Cuando más lejos se va menos se aprende.
Así el sabio no da un paso y llega, no mira y conoce, no actúa y cumple.
Lao Tsé.
(mirando hacia dentro se encuentra el conocimiento. Un beso)
Cuántas verdades están aquí al lado y no queremos verlas, y cuántas más sabemos por experiencia, y no las reconocemos??
Cierto. Dentro de nosotros tenemos el conocimiento y un enorme potencial, cuánta felicidad desperdiciamos cada día?
Besos a los dos.
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