Existen multitud de tratados sobre comunicación y, especialmente, sobre cómo dar malas noticias. Infinidad de artículos, libros, blogs, expertos, jornadas, congresos,...
Pero al fin y al cabo uno está solo cuando le toca y ha de echar mano de los recursos que tiene en ese preciso momento, porque ni todos los momentos son iguales, ni uno tiene la misma empatía y el mismo gracejo siempre, ni, por supuesto, los pacientes reaccionan de un modo similar y, a veces, las situaciones no son fácilmente controlables.
En el blog Psicooncología para Pacientes, de Ariadna Gonzalez, esta entrada me ha gustado por lo sencilla y clara.
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