En el reino de las mariposas
"En el reino de las mariposas, una vez el rey vio algo que relumbraba a lo lejos y quiso saber de qué se trataba. Envió a una mariposa para investigarlo. La mariposa fue, volvió y le dijo al rey: “Es la luz de una vela”. El rey no se quedó conforme con la respuesta, y envió a otra para que se interesara por aquello que le deslumbraba. La segunda mariposa fue, volvió con las alitas un poco quemadas y le dijo al rey: “Es la llama de una vela.” Aún así el rey no se quedó tranquilo y envió a una tercera mariposa. Pero ésta no regresó. Sólo se percibió un olor a chamusquina. La mariposa se había acercado tanto al fuego que se había quemado.”
La implicación con el sufrimiento ajeno debe mantener siempre la “justa distancia”, aunque a veces esto sea difícil de llevar a cabo.
2 comentarios:
Vaya Violetilla... un bonito cuento. Justamente el otro día nuestro querido E. nos "acusaba" con su irónico tono de excesiva implicación y sobre todo de EXTRALIMITARNOS EN NUESTRAS FUNCIONES.
En fin... yo creo que el implicarse / extralimitarse está en lo que cada uno percibe como tal. Hay otros que implicarse demasiado entienden el simple hecho de sentarse en una silla al lado del paciente (tu ya me entiendes Amarilis). Lo bueno es conocerse, trabajarse una misma y saber el punto exacto en el que TU MISMA dices... hasta aquí.
Besos guapísima.
Creo que tiene que ser dificil abrír un paraguas y cerrarlo al salír de la habitación...
Pero la sonrisa, la palabra adecuada es el mejor calmante.
Hay muy buenos profesionales pero tan frios e impersonales que tal parece que pasaste consulta con un robot.
Un abrazo cálido
Publicar un comentario