El día antes de morir, A. habla con su mujer: “esto no es lo que yo esperaba,...me estoy muriendo y teníamos tantos planes todavía...
- A. no digas eso,... no puedes morirte, no puedes dejarme sola...qué voy a hacer sin ti, quién me cuidará?
- Yo no podré hacerlo, tengo que irme”.
- A. no digas eso,... no puedes morirte, no puedes dejarme sola...qué voy a hacer sin ti, quién me cuidará?
- Yo no podré hacerlo, tengo que irme”.
La hija de A., le dice a su hijo de 7 años:
- "Ya sabes que el abuelo hace tiempo que estaba muy malito, verdad?... Bueno, pues ya no está, se ha ido…
- Ah! Que el yayo se ha muerto?? Y ya lo habéis enterrado?? Yo quería ir al entierro a decirle adiós...
- Cuando veas a la abuela, notarás que llora y está muy triste".
Cuando llega a casa de la abuela la abraza mientras ella llora. Se la lleva a un sillón aparte y le dice:
- “Yaya no llores. El yayo nos va a cuidar desde el cielo. Cuando sea de noche y veas una estrella que brilla mucho, es la del yayo que nos mira y nos cuida”.
“Me ha quedado una paz muy grande, aunque estoy terriblemente cansada y siento un gran vacío. No sé si está bien sentirse así después de lo que ha pasado, pero es lo que siento.
Falleció acompañado por su familia, mis tres hijos estaban conmigo. Hice lo que me dijisteis, lo acaricié y le hablé hasta el final. Le dije lo feliz que había sido con él todo este tiempo, lo que le queríamos y no sé cuántas cosas más.... y que deseábamos que allá dónde él fuera, estuviera bien y se sintiera feliz también.
Entro en nuestra habitación desde el primer día en que él faltó, y me siento muy tranquila. Abrazo la urna con las cenizas y me quedo un rato hablando con él, luego duermo toda la noche. Y cuando me despierto veo su fotografía y vuelvo a contarle cosas como si lo tuviera aquí al lado. Porque sé que está aquí al lado”.
3 comentarios:
El pasado mes de Julio,fallecio mi padre,me siento totalmente identificada con lo que comentas.Estuvimos acompañando a mi padre ensu marcha mi madre,y mis tres hermanos.Es duro,pero a mi me quedó una paz inmensa,por haber podido acompañale en su último viaje,me reconforta saber que está en paz,porque el gesto de su cara en su marcha le cambió de la cara de temor a la muerte a esbozar su sonrisa,que esa ya es eterna.
Hola Antonia.
Me alegro de que el recuerdo de esa sonrisa de tu padre lo conserves para ti, para siempre, como esa paz inmensa que describes.
Precisamente otro comentario de la esposa del paciente fue la tranquilidad que reflejaba su cara tras fallecer, dijo que pareciera que sonreía.
Un beso grande.
Gracias por ponerle palabras a las emociones. Así somos más capaces de comprenderlas y compartirlas .UN besazo , encantos
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